Hace poco tiempo que los biocombustibles estaban en boca de todos como posible sustitución de los derivados del petróleo. Todo suponía la reducción de emisiones contaminantes, era un argumento de peso para el desarrollo de este tipo de combustible, y que no suponían grandes cambios por parte de los fabricantes para su utilización. Por otra parte la obtención de estos suponían la utilización de terrenos improductivos para lo obtención de semillas oleaginosas.
Pero también existen detalles que no podemos pasar por alto,como por ejemplo, los costes de producción no contabilizados que hacían que la obtención de este tipo de combustibles no fuese del todo una panacea en el ahorro económico por parte del conductor. También se cuestiona el efecto de la reducción de los gases de efecto invernadero, sólamente un 3,5 % de reducción de CO2 en mezclas del 5,75% de biodiesel, y a su vez que este tipo de plantaciones requieren de tratamiento de pesticidas que pueden traer serios problemas de contaminación de aguas y suelos. Y el uso de abonos puede hacer que como estos llevan nitrógeno después de la combustión, en el tubo de escape pueden aparecer otros contaminantes como el óxido de nitrógeno.
Dudo mucho que el biocombustible sea en principio el combustible del futuro.